miércoles, 2 de abril de 2008

HOLA AMIGOS, VA UN SALUDO Y UNA REFLEXION

Hola amigos, por fin puedo ingresar al blog, espero que podamos compartir por este medio, reflexiones y experiencias que nos enriquezcan y unifiquen mas como grupo y familia que pretendemos ser.
Nunca debemos anticipar las consecuencias de lo que nos pasa, por eso comparto esta reflexion, que nos enseña que no todo es como parece, ni todos somos como pretendemos ser o como se pretende que seamos, la vida nos lleva sola al camino que Dios tiene trazado para cada uno de nosotros y aunque parezca que nos golpea, siempre nos presenta lo que realmente necesitamos, aunque no nos guste. Sin embargo, depende de cada uno de nosotros que lo destruyamos o lo cultuvemos, una sonrisa no siempre arregla las cosas, también debe tenerse decisión y valor para enfrentar las contingencias que nos presenta, animo, vienen cosas mejores.

"Había una vez un campesino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo. Un día el hijo le dijo:
-¡Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo.
-¿Por qué le llamas desgracia? - respondió el padre - veremos lo que trae el tiempo...
A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.
-¡Padre, qué suerte! - exclamó esta vez el muchacho -
Nuestro caballo ha traído otro caballo.
-¿Por qué le llamas suerte? - repuso el padre - Veamos qué nos trae el tiempo.
En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo.
El muchacho se quebró una pierna.
-¡Padre, qué desgracia! - exclamó ahora el muchacho -.
¡Me he quebrado la pierna!
Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció:
-¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!
El muchacho no se convencía, sino que gimoteaba en su cama.
Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra.
Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.
El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.
La moraleja de este antiguo consejo es que la vida da tantas vueltas, y es tan paradójico su desarrollo, que lo malo se hace bueno, y lo bueno, malo.
Lo mejor es esperar siempre el día de mañana, porque todo sucede con un propósito positivo para nuestras vidas..... "
SALUDOS

1 comentario:

Hilda Dennyse dijo...

Muy buena reflexión Agustin, esto nos recuerda que Dios tiene un plan trazado para nosotros, y debemos recordar cada vez que tengamos estas cuestiones, que las cosas pasan por algo.. alguna razón poderosa tiene nuestro señor para que asi sucedan...
y como dice la canción.. siempre vendrán TIEMPOS MEJORES!!!